Trabajar desde casa puede ser un verdadero reto si no cuidamos nuestro espacio y nuestra rutina diaria. Desde que comencé a trabajar en casa, he aprendido que crear un entorno saludable no solo mejora mi productividad, sino que también me ayuda a mantener mi bienestar físico y emocional. Por eso, quiero compartir contigo algunos consejos que me han funcionado para convertir mi espacio de trabajo en un lugar que realmente inspira.
1. Crear un espacio propio
Uno de los primeros pasos que tomé fue encontrar un rincón exclusivo para trabajar. Elegí un lugar tranquilo, con buena iluminación natural, que me permite mantenerme enfocada y en contacto con el exterior. La luz natural tiene un impacto positivo en el estado de ánimo y en la productividad, algo esencial para un entorno de trabajo saludable.
2. El poder del orden
También aprendí que mantener el espacio organizado es clave. Un escritorio despejado y con todo lo necesario a mano hace que mi mente también se sienta más ordenada. Me gusta utilizar cajas, estanterías y organizadores para que cada cosa tenga su lugar. Esto no solo mejora mi concentración, sino que también reduce el estrés y optimiza mi tiempo.
3. La importancia de la comodidad
Invertí en una buena silla ergonómica y ajusté la altura de mi escritorio. Esto hizo una gran diferencia para mi espalda y mi postura. Estar cómoda mientras trabajo me permite enfocarme mejor y evitar tensiones innecesarias. Cuidar la salud física es fundamental para mantener un entorno de trabajo saludable.
En mi caso como ya he comentado en alguna ocasión, tengo una lesión cervical que me hace tener que cuidarme especialmente. Para ello tengo un soporte para tener la pantalla a la altura de mis ojos y un teclado adicional. No digo que sea tu caso, pero si es importante que cuides de tu columna.
En ese sentido la práctica de yoga me ayuda mucho en días donde tocan muchas horas de trabajo administrativo, así como de mindfulness que me facilita gestionar la incertidumbre y los momentos de tensión que el cuerpo termina sufriendo mediante la somatización.
4. Incorporar pausas activas
Me he dado cuenta de lo importante que es moverme durante el día. Cada dos horas hago una pausa para estirarme, caminar un poco por la casa o incluso practicar unos minutos de yoga, estiramientos sencillos, fundamentalmente de cabeza, hombros y brazos. Esto no solo me ayuda a relajar el cuerpo, sino que también renueva mi energía y mejora mi concentración.
También es importante que levantes la vista del ordenador y mires a una distancia más larga. Si tienes una ventana cerca mira a través de ella a la máxima distancia que puedas y si no la tienes, mira en el espacio en el que te encuentres, de manera que también ofrezcas un descanso a tus ojos.
Si te cuesta estar pendiente del tiempo, ponte alarmas en el móvil cada hora y media o dos horas para que te ayuden en un primer momento. Lo ideal es que poco a poco tu conciencia corporal te lo indique.
5. Detalles que inspiran
Para darle un toque especial a mi entorno de trabajo saludable, he incorporado elementos que me transmiten calma y energía positiva. Algunas de mis opciones favoritas son las plantas, que no solo decoran, sino que también purifican el aire, y los aceites esenciales, como el de lavanda, que utilizo para relajarme en los momentos más intensos. A veces también enciendo velas con aromas o una barrita de incienso.
6. Establecer rutinas
Uno de los mayores retos al trabajar desde casa es marcar un límite entre el trabajo y la vida personal. Para lograrlo, he establecido horarios claros para empezar y terminar mi jornada.
Esto me permite desconectar al final del día y dedicar tiempo a actividades que me aportan bienestar, como leer, meditar o simplemente disfrutar de un momento de calma.
7. Practicar mindfulness
La práctica del mindfulness en mi día a día es un aliciente para mí. No podría ofrecer servicios que no practique conmigo misma. Dedico unos minutos cada día a respirar profundamente, enfocarme en el momento presente y dejar de lado las preocupaciones. Esto me ayuda a sentirme más centrada y equilibrada, incluso en los días más complicados.
Crear un entorno de trabajo saludable en casa es un proceso que requiere atención y dedicación, pero los resultados valen la pena. Estos cambios han transformado mi manera de trabajar y han mejorado significativamente mi calidad de vida. Espero que estos consejos también puedan inspirarte a construir un espacio que fomente tu bienestar y te permita alcanzar tus metas con energía y entusiasmo. Si tienes alguna duda puedes dejarme un comentario o escribirme directamente.
Vanesa Martín Bienestar | Contacto | Autoconocimiento