¿Piensas que el dinero da la felicidad?
Es una cuestión que siempre genera debate. Mi opinión al respecto está sesgada fundamentalmente por mi carrera profesional, tanto en el ámbito financiero como en el entorno del bienestar y salud. Mi respuesta es un sí con matices.
Mi experiencia en el mundo financiero se ha centrado fundamentalmente en el ámbito bancario y siempre en primera línea, de cara al público. Te permite realmente analizar el termómetro de la economía en tiempo presente, da igual lo que digan los políticos o los datos macroeconómicos. Trabajar en una sucursal bancaria y viendo el día a día de las economías domésticas de la población, te permite conocer sus tipos de vida y su comportamiento en materia económica.
Digamos que el dinero ha sido mi materia prima durante 17 años de mi vida. He visto a muchas personas no valorarlo, porque lo ganaban fácilmente, y a muchas otras sufrir por no llegar a final de mes. He visto ilusiones, alegrías y festejos por conseguir financiación para un proyecto, un negocio, una vivienda o poder pagar los estudios de sus hijos, pero también, llantos, miedos, tristeza y decepciones cuando se ha tenido que cerrar un negocio, un reparto de bienes ante un divorcio o por tener que devolver recibos al no llegar a final de mes. No siempre sucede en personas con ingresos bajos, a veces también en personas con niveles adquisitivos altos y muy altos y, aunque el nivel cultural también tiene impacto, no es tan directo como parece.
Hasta que no comencé a formarme en materia de Bienestar y Salud, no me di cuenta de cuánta relación había entre el mundo emocional y las finanzas. Resulta que llevaba más de 15 años escuchando a las personas hablar sobre sus emociones y el dinero y nunca lo había visto desde este prisma.
A través de la meditación, las visualizaciones, el coaching, la terapia… se pueden trabajar todo el sistema de creencias y patrones de comportamiento que todas las personas tenemos en torno al dinero.
Ahora escucho a mis clientes desde otro lugar, más en contacto con la emoción y sí, en muchos casos hay una carencia económica o de gestión de recursos, y en otros es simplemente un desconocimiento real de lo que quieren o de cómo pueden lograr estar en calma con su situación económica.
Para mí, tener unas finanzas conscientes son la base para que el resto de facetas de la vida puedan más o menos fluir. Sí, el bienestar financiero tiene el mismo peso que el bienestar físico, el bienestar emocional, el bienestar nutricional, el descanso o las relaciones personales. Por eso he decidido poner esta foto con una chancla tamaño XXL. Obviamente esta chancla no es de mi tamaño y no voy a poder caminar hacia ningún lado con ella, pero es que si fuera muy pequeña tampoco. Tener unos zapatos de tu talla será el primer paso para poder avanzar.
He querido utilizar esta metáfora como paralelismo con la importancia de saber gestionar de una manera consciente y alineada con los valores de cada uno de nosotros, las finanzas.
Si lo piensas, no es lo mismo pasar un duelo por divorcio, una pérdida de vida, un juicio por despido, un problema médico, un tratamiento oncológico, un familiar enfermo… si además tienes que estar mirando cada céntimo en tu cuenta o estar pendiente si puedes pagar el alquiler o la hipoteca ese mes. Créeme, lo he visto de cerca muchos años. No se vive igual.
También he visto a personas muy infelices con una cuenta bancaria rebosante, pero obviamente ahí el problema está en otro lugar que se puede también trabajar.
Por eso, sabiendo que a veces no podemos incrementar los ingresos ni reducir más los gastos, al menos a corto plazo, lo importante es aprender a gestionar con consciencia la economía y encauzar hacia lo que para cada individuo es importante. Y, para eso, hay que trabajar el autoconocimiento y saber desde el momento presente qué futuro quieres, de una manera honesta y consciente, sabiendo que hay un impacto holístico de todas estas decisiones en tu economía y de manera inversa. Un bienestar financiero traerá paz a tu vida, pudiendo dedicar tu energía a otros menesteres.
Por eso, en mi portfolio de actividades de Bienestar, tanto a nivel individual como en formaciones para empresa, realizo acompañamientos individuales y cursos grupales para saber, no solo una serie de conceptos básicos de economía doméstica sino cómo podemos aplicar la consciencia y el bienestar en las finanzas.
El estrés financiero está muy presente y es necesario poder gestionar bien los ingresos y gastos para poder establecer una hoja de ruta en función de los objetivos individuales que cada persona se fije. Hay una relación directa con el mundo emocional. Y es aquí donde cobra sentido trabajar desde la raíz para alcanzar un verdadero bienestar financiero.
¿Y tú, qué opinas? ¿Crees que si consiguieras sentir un mayor bienestar financiero, tu vida sería más plena?
Vanesa Martín Bienestar | Contacto | Bienestar y Salud